sábado, 21 de noviembre de 2009
John Healy (nacido en 1943), hijo de inmigrantes irlandeses en Londres sufrió una dura infancia y ya de joven acabó en los dominios de la adicción al alcohol. Estuvo en el ejército e intentó ser boxeador, pero finalmente acabó como vagabundo por los parques de Londres. Durante muchos años esa fue su vida, como continuo borracho, luchando de cualquier manera y contra cualquiera por conseguir cada día su ración de alcohol. En una de las varias veces que le arrestaron, acusado por delito de robo, acabó en una celda en la le acompañaba otro preso que era aficionado al ajedrez.
El aprendió a jugar y, de repente, descubrió que aquel juego le había atrapado. A partir de entonces no dejó de jugar y fue ganando maestría en el juego. Desde su encuentro con el ajedrez permaneció sobrio.
En sus propias palabras: “En lugar de un opiáceo externo de coñac, se convirtió en un opiáceo interno. El ajedrez se convirtió en lo primordial para mí. Yo quería ser un gran maestro. Eso fue todo lo que llenaba mi cabeza, pero para lo que se necesita empezar cuando tienes cinco años. He ganado 10 títulos principales británicos en cinco años, pero comencé cuando tenía 30 años. "
John escribió un cuento llamado “El viejo maestro de ajedrez” para una revista y luego fue persuadido por sus amigos a escribir la historia de su vida. Este libro tiene el título “The Grass Arena” y fue publicado en 1988 con un éxito de crítica. También en 1990 se estrenó una película con el mismo nombre que el libro.
Finalmente John se dio cuenta que no podía llegar a ser gran maestro, pero nos quedamos con la inspiradora historia de su vida que logró salvar de las garras del alcohol a través del ajedrez. Como él dijo: "Chess is a jealous lover. Will tolerate no other ..."
domingo, 2 de noviembre de 2008
Allá por 1991 el famoso grupo Mecano sacó su disco "Aidalai". En él incluía esta canción escrita por José María Cano:
Negro, bajito y cabezón
sólo pude ser peón
de negras.
Lo más chungo en ajedrez.
Luego con arrojo y tesón,
y la estricta observación
de las reglas
llegué hasta peón del rey,
pero de peón
la única salida
es la revolución.
Y soy el novio de la muerte
del de enfrente,
como buen legionario.
El blanco bueno es el blanco muerto,
que el tuerto
ahorra y pone un estanco.
Mas si cayese yo primero
no quiero que lloréis,
porque en la caja de las fichas
para la reina soy el picha,
que tumbaos fuera del tablero
no hay clases ni apartheid.
El problema es que mi señor,
que culea de estribor
pretende enrocarse con el alfil.
Y la reina, que es liberal,
no lo ve del todo mal
si a ella la dejan irse a Estoril.
Yo también me voy
no sea que el monarca
me enfile por Detroit.
Y soy el novio de la muerte
del de enfrente,
como buen legionario.
El blanco bueno es el blanco muerto,
que el tuerto
ahorra y pone un estanco.
Mas si cayese yo primero,
no quiero que lloréis, ¡no quiero!
Porque en la caja de las fichas
para la reina soy el picha,
que tumbaos fuera del tablero
no hay clases ni apartheid.
Cuando se es peón,
la única salida
es la revolución
domingo, 26 de octubre de 2008
Mark Taimanov es un caso atípico, aunque no único, dentro de los grandes maestros de ajedrez: durante toda su vida combinó al más alto nivel el ajedrez y la música. Como ajedrecista participó en 23 finales del campeonato de la URSS, ganando uno de ellos. Aparte de participar en los ciclos de candidatos del campeonato mundial. Quizás por lo que será más recordado es por la paliza que le propinó el americano Fischer en el match que disputaron en Vancouver en 1971, donde este último le venció por 6-0. Las autoridades soviéticas llegaron a pensar que este resultado fue a propósito y fue penalizado por ello. Luego, afortunadamente, Fischer siguió su camino al título mundial propinando más palizas a jugadores como Larsen y Petrosian y por fin los funcionarios soviéticos le levantaron las sanciones.
Paralelamente a su carrera como ajedrecista Taimanov ha llevado una exitosa carrera de pianista. Como muestra un botón: la casa Philips le eligió como uno de los mejores pianistas del siglo XX, véase la portada del disco:
Taimanov comentaba sobre su dual carrera que “cuando estaba cansado del piano recurría al ajedrez y cuando estaba cansado del ajedrez tocaba el piano, con lo que siempre estaba descansando”.
En una entrevista del año 2004 decía:
“A combination of chess and music is, I think, ideal and harmonious - giving both reason and feeling an open space. History illustrates some examples: Francois-Andre Danican Philidor, Sergei Prokofiev, David Ojstrah, Vasily Smyslov, Lajos Portish and others…
There are basic general properties between chess and music: they are both creative processes, both chess and music awaken the imagination, both incorporate a logic of development of events, both chess and music in essence have special strategic plans, both allow an open space for designing of form. The competitive aspect is much brighter in chess, but in music there are also competitions by musical performers.”
A continuación una muestra de su ajedrez, contra el campeón mundial A.Karpov, al que le asestó al final un bello golpe táctico:
Blancas:Anatoli Karpov
Negras:Mark Taimanov
Leningrado, 1977
B32
1. e4 c5 2. Cf3 Cc6 3. d4 cxd4 4. Cxd4 a6 5. c4 e5 6. Cb3 Cf6 7. Cc3 Ab4 8. f3 O-O 9. Ae3 d6 10. Tc1 b6 11. Ad3 Ac5 12. Dd2 Ae6 13. Cxc5 bxc5 14. O-O Cd4 15. Cd5 Cd7 16. f4 Tb8 17. f5 Axd5 18. cxd5 Db6 19. Tf2 f6 20. Tc4 a5 21. Ta4 Ta8 22. De1 Ta7 23. b3 Tfa8 24. Tb2 Dc7 25. Ad2 Cb6 26. Txa5 c4 27. Af1 Txa5 28. Axa5 Dc5 29. Axb6 Dxb6 30. Rh1 cxb3 31. axb3 g6 32. fxg6 hxg6 33. b4 Rg7 34. b5 f5 35. exf5 Cxf5 36. Tb3 Dd4 37. b6 Ta1 38. Tb1
38. ...Cg3+ 39. hxg3 Ta8 0-1
domingo, 12 de octubre de 2008
Sobre la moral del Ajedrez
El que fue uno de los padres de la nación americana, científico, político eficaz y diplomático, Benjamín Franklin, también fue un gran aficionado al ajedrez. En 1790 escribió este ensayo titulado "On the morals of Chess" en el que relaciona según él los beneficios de este juego. Traduzco el primer párrafo y a continuación paso el texto original completo.
"El juego de ajedrez no es meramente un ocioso entretenimiento. Algunas de las muy valiosas cualidades de la mente, útiles en el curso de la vida humana, son adquiridas o reforzadas por este juego, con el fin de convertirse en hábitos, preparados para su uso en todas las ocasiones. La vida es una especie de ajedrez en el que a menudo tenemos puntos que ganar, y competidores o adversarios con los que lidiar, y en el que hay una gran variedad de buenos y malos acontecimientos, que son, en cierta medida, los efectos de la prudencia o la falta de ella.
Jugando en el ajedrez, entonces, podemos aprender:
1. Prospectiva
2. Circunspección
3. Precaución."
THE MORALS OF CHESS
The game of Chess is not merely an idle amusement. Several very valuable qualities of the mind, useful in the course of human life, are to be acquired or strengthened by it, so as to become habits, ready on all occasions. For life is a kind of chess, in which we have often points to gain, and competitors or adversaries to contend with, and in which there is a vast variety of good and ill events, that are, in some degree, the effects of prudence or the want of it.
By playing at chess, then, we may learn:
1. Foresight, which looks a little into futurity, and considers the consequences that may attend to an action: for it is continually occurring to the player, If I move this piece, what will be the advantages of my new situation? What use can my adversary make of it to annoy me? What other moves can I make to support it, and to defend myself from his attacks?”
2. Circumspection, which surveys the whole chess-board, or scene of action, the relations of the several pieces and situations, the dangers they are respectively exposed to, the several possibilities of their aiding each other; the probabilities that the adversary may make this or that move, and attack this or the other piece; and what different means can be used to avoid his stroke, or turn its consequences against him.
3. Caution, not to make our moves too hastily. This habit is best acquired by observing strictly the laws of the game, such as, If you touch a piece, you must move it somewhere; if you set it down, you must let it stand. And it is therefore best that these rules should be observed, as the game thereby becomes more the image of human life, and particularly of war; in which, if you have incautiously put yourself into a bad and dangerous position, you cannot obtain your enemys leave to withdraw your troops, and place them more securely; but you must abide by all the consequences of your rashness.
And lastly, we learn by chess the habit of not being discouraged by present bad appearances in the state of our affairs, the habit of hoping for a favorable change, and that of persevering in the search of resources. The game is so full of events, there is such a variety of turns in it, the fortune of it is so subject to sudden vicissitudes, and one so frequently, after long contemplation, discovers the means of extricating ones self from a supposed insurmountable difficulty, that one is encouraged to continue the contest to the last, in hopes of victory by our own skill, or, at least, of giving a stale mate, by the negligence of our adversary.
And whoever considers, what in chess he often sees instances of, that particular pieces of success are apt to produce presumption, and its consequent, inattention, by which more is afterwards lost than was gained by the preceding advantage; while misfortunes produce more care and attention, by which the loss may be recovered, will learn not to be too much discouraged by the present success of his adversary, nor to despair of final good fortune, upon every little check he receives in the pursuit of it.
That we may, therefore, be induced more frequently to chuse this beneficial amusement, in preference to others which are not attended with the same advantages, every circumstance, that may encrease the pleasure of it, should be regarded; and every action or word that is unfair, disrespectful, or that in any way may give uneasiness, should be avoided, as contrary
to the immediate intention of both the players, which is, to pass the time agreeably.
Therefore;
1. If it is agreed to play according the strict rules, then those rules are to be exactly observed by both parties; and should not be insisted on for one side, while deviated from by the other; for this is not equitable.
2. If it is agreed not to observe the rules exactly, but one party demands indulgences, he should be as willing to allow them to the other.
3. No false move should ever be made to extricate yourself out of a difficulty, or to gain advantage. There can be no pleasure in playing with a person once detected in such unfair practice.
4. If your adversary is long in playing, you ought not to hurry him, or express any uneasiness at his delay. You should not sing, or whistle, nor look at your watch, nor take up a book to read, nor make a tapping with your feet on the floor, or with your fingers on the table, nor do any thing that may disturb his attention. For all these things displease. And they do not show in playing, but your craftiness or your rudeness.
5. You ought not to endeavour to amuse and deceive your adversary, by pretending to have made bad moves, and saying you have now lost the game, in order to make him secure and careless, and inattentive to your schemes; for this is fraud, and deceit, not skill at the game.
6. You must not, when you have gained a victory, use any triumphing or insulting expression, nor show too much pleasure; but endeavour to console your adversary, and make him less dissatisfied with himself by every kind and civil expression, that may be used with truth; such as, You understand the game better than I, but you are a little inattentive; or, You play too fast; or, You had the best of the game, but something happened to divert your thoughts, and that turned it in my favour.
7. If you are a spectator, while others play, observe the most perfect silence. For if you give advice, you offend both parties; him, against whom you may give it, because it may cause the loss of his game; him, in whose favour you give it, because, tho it may be good, and he follows it, he loses the pleasure he might have had, if you had permitted him to think till it occurred to himself.
Even after a move or moves, you must not, by replacing the pieces, show how it might have been played better: for that displeases, and may occasion disputes or doubts about their true situation. All talking to the players, lessens or diverts their attention, and is therefore displeasing; nor should you give the least hint to either party, by any kind of noise or motion. If you do, you are unworthy to be a spectator.-If you have a mind to exercise or show your judgment, do it in playing your own game when you have an opportunity, not in criticizing or meddling with, or counseling, the play of others.
Lastly, if the game is not to be played rigorously, according to the rules above mentioned, then moderate your desire of victory over your adversary, and be pleased with one over yourself. Snatch not eagerly at every advantage offered by his unskillfulness or inattention; but point out to him kindly that by such a move he places or leaves a piece in danger and unsupported; that by another he will put his king in a dangerous situation, & by this generous civility (so opposite to the unfairness above forbidden) you may indeed happen to lose the game to your opponent, but you will win what is better, his esteem, his respect, and his affection; together with the silent approbation and good will of impartial spectators.
miércoles, 13 de agosto de 2008
Mis citas favoritas (1)
"El Ajedrez es a las Matemáticas lo que la Música a la Acústica"
Mijail Botvinnik
"Yo considero que hay factores necesarios para el éxito. Lo primero de todo, un conocimiento de nuestras fuerzas y debilidades; luego, un conocimiento de las fuerzas y debilidades del oponente, y, finalmente, tener un objetivo más alto que el de una pasajera satisfacción. Yo veo este objetivo como el deseo de conseguir los valores científicos y artísticos que colocan al ajedrez a nivel de algunas de las otras artes".
Alexander Alekhine
"Si usted ha comentido una falta o una inexactitud no tiene que incomodarse y pensar que todo está perdido. Tiene que orientarse rápidamente y encontrar un nuevo plan en la nueva situación".
David Bronstein
martes, 5 de agosto de 2008
El hipopótamo se coló en el tablero
No sé por qué, pero en ese momento recordé la célebre poesía infantil de Chukovski:
¡Oh, qué difícil es el trabajo
De sacar a un hipopótamo del pantano!
No podría explicar en base a qué asociación este hipopótamo se metió en el tablero, pero la verdad es que, mientras los espectadores creían que estaba analizando la posición yo pensaba en cómo demonios podría sacarse a un hipopótamo del pantano.
Recuerdo que en mi cabeza se amontonaban cabrestantes, palancas, helicópteros e incluso, una escalera de cuerda. Después de numerosos intentos no encontré ningún método aceptable de sacarle del pantano, y pensé con amargura: “¡Pues que se ahogue!”. Inmediatamente, el hipopótamo desapareció del tablero. ¡Se fue solo! Y la posición no resultó ser tan compleja como parecía a primera vista. Al instante me di cuenta de que no podría calcular todas las variantes, y que el sacrificio del caballo era un movimiento puramente intuitivo. ¡Y como prometía un juego interesante, naturalmente, no me negué a él!
Al día siguiente, con gran satisfacción, leí en la prensa que Mijail Tal, después de estudiar durante cuarenta minutos su posición, sacrificó acertadamente una pieza..."
La partida en cuestión es la siguiente, incluyendo diagrama de la posición donde "apareció" el hipopótamo:
Tal,Mihail - Vasiukov,Evgeni [B17]
URS-ch32 Kiev, 1964
1.e4 c6 2.Cc3 d5 3.d4 dxe4 4.Cxe4 Cd7 5.Cf3 Cgf6 6.Cg3 e6 7.Ad3 c5 8.0-0 cxd4 9.Cxd4 Ac5 10.Cf3 0-0 11.De2 b6 12.Af4 Ab7 13.Tad1 Cd5 14.Ag5 Dc7 15.Ch5 Rh8 16.Ae4 f6 17.Ah4 Ad6 18.c4 Aa6
19.Cxg7 Rxg7 20.Cd4 Cc5 21.Dg4+ Rh8 22.Cxe6 Cxe6 23.Dxe6 Tae8 24.Dxd5 Axh2+ 25.Rh1 Df4 26.Dh5 Dxe4 27.Tfe1 Dg6 28.Dxg6 hxg6 29.Axf6+ Rg8 30.Txe8 Txe8 31.Rxh2 Axc4 32.Td7 Te6 33.Ac3 Axa2 34.Txa7 Ac4 35.Rg3 Ad5 36.f3 Rf8 37.Ad4 b5 38.Rf4 Ac4 39.Rg5 Re8 40.Ta8+ Rf7 41.Ta7+ Re8 42.b4 Ad5 43.Ta3 Rf7 44.g4 Te2 45.Ac5 Te5+ 46.Rh6 Te6 47.Td3 Ac6 48.Td8 Te8 49.Td4 Te6 50.f4 Re8 51.Rg7 Ae4 52.Ab6 Af3 53.Td8+ Re7 54.Td3 Ae2 55.Ad8+ Re8 56.Td2 Te3 57.Ag5 Ad3 58.f5 1-0
sábado, 26 de julio de 2008
Los sonetos de Borges
No por conocidos me resisto a incluir el par de sonetos que el escritor argentino Jorge Luis Borges dedicó a nuestro querido juego:
AJEDREZ
I
En su grave rincón, los jugadores
Rigen las lentas piezas. El tablero
Los demora hasta el alba en su severo
Ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero
Caballo, armada reina, rey postrero,
Oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
Cuando el tiempo los haya consumido,
Ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
Cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
Reina, torre directa y peón ladino
Sobre lo negro y blanco del camino
Buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?